-Mi favorito, -me dijo-, es un cuento de no más de treinta
líneas, en una versión ilustrada por Eileen Christelow. Tú deberías leerlo. Creo que se basa
en una canción inglesa para niños, pero le agrega algo clave al final. Un día
te lo voy a prestar, pero más que nada por los dibujos, pues la historia es muy
sencilla y te la podría contar ahora, si es que tienes dos minutos.
-Cuéntala -dije yo.
-Imagina cinco monos pequeños -señaló-, que se
preparan para ir a la cama… se bañan, se ponen pijamas, se lavan los dientes…
Entonces la mamá los deja a todos en una cama grande, bien tapados y se va del
cuarto… pero apenas cierra la puerta los cinco monitos se ponen a saltar hasta
que uno cae de cabeza…
-¿Al piso?
-Claro, al lado de la cama… Entonces la mamá llega
nuevamente, lo toma y llama al doctor, quien le dice que los monitos no deben
saltar en la cama… cosa que la madre les repite a los cuatro restantes mientras
vuelve a dejarlos en cama, bien tapados…
-¿Y el que cayó…?
-Verdad… se me olvidaba… el que ha caído antes ha
quedado adolorido, en un sillón…
-…
-El caso es que la historia se va repitiendo nuevamente…
la mamá los deja arropados, sale del cuarto, los monitos saltan, uno cae de cabeza y llaman al
doctor, quien cada vez repite que los monitos no deben saltar en la cama… supongo
que la canción debe ser para contar, pues van quedando cuatro monitos, luego
tres, luego dos, uno y así hasta que los cinco se han caído…
-¿Y todos los caídos van a parar al sillón…?
-Me parece que al final los llevan a la cama
nuevamente, pero quedan con vendas, paños húmedos y bastante adoloridos, por lo
que se duermen rápidamente, así que la mamá se va a acostar…
-¿Y ahí termina el cuento?
-No… aunque ahí terminaba la canción… en el cuento
se ve que la mamá puede por fin entrar en su habitación, a su cama… ¿no
adivinas que pasa?
-Hmm... no....
-Pues ocurre que ella comienza a saltar
sobre su cama… bastante feliz, al parecer, porque puede descansar ya que sus
monitos se han dormido…
-¿Y ese sí es el final del cuento…?
-Sí… la mamá mona saltando como mona… como lo que
es, en el fondo… sobre la cama…
-¿Te molestaría si tomo la historia y trato de
escribir algo breve sobre ella, la naturaleza de aquello que somos o algo así?
-le pregunto, luego de un momento.
-Sí, me molestaría… -me dice, sonriendo-. Por esta
vez solo cuenta la historia, si lo deseas… no importa que no sea tuya... no es necesario nada más.
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