-Hace unos meses me quejaba que no soñaba nada y
ahora sueño puras hueás fomes… -me dijo.
-¿Qué sueñas? –pregunté.
-Sueño que doblo ropa –contesta-. Sin apuro. Doblo
ropas y la meto en cajones. Ropas de un mismo color, recién lavadas y apiladas.
Yo las tomo, las doblo y las meto en un cajón…
-No suena tan terrible –comenté.
-Pero llevo dos meses soñando la misma hueá…
-señaló, molesto-. La ropa no se acaba y los cajones no se llenan…
-¿Y no puedes dejar de doblarlas, en el sueño?
-No sé… -me dice-. O sea, en el sueño no me
pregunto esas cosas, solo doblo… es lo que tengo que hacer… de eso se trata el
sueño…
-Pues no sé qué decirte… - comento-. Tal vez debas
esforzarte por intentar cambiar algo… dormir en otra posición, poner música de
fondo… dicen que eso ayuda a cambiar los sueños…
-Puede ser… no sé… La verdad he dormido en
diferentes lados e este tiempo y da lo mismo… La única vez que algo varió fue
una ocasión en que doblé una prenda para la que no había cajones…
-¿Cómo….?
-Eso… que doblé una ropa que no supe donde guardar
y la dejé a un costado… De hecho, cada vez que sueño de nuevo, esa prenda sigue
ahí, y yo sigo doblando con las otras…
-Pues tal vez la clave está en esa prenda… en
encontrarle un cajón, digamos… o hasta crearle uno…
-Puede ser… -admite-. Puede ser, pero no se me
ocurre cómo…
-Pues ya ves –le digo-. Intenta por ahí esta noche…
-A todo esto –me interrumpe-, ¿cómo estás tú?
-Pues en mis sueños bien –le digo-. Sueño cosas
distintas, al menos.
-Te envidio…
-No lo digas tan rápido –señalo- Además el problema
viene después, cuando me levanto… Siempre hacer y revisar pruebas…
-¿Y si no las haces…? ¿O no las revisas….? –me pregunta.
-No sé… -le digo-. No me pregunto mucho sobre esas
opciones…
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