De pie en Praga
esperando un
tranvía:
la nieve sobre
el cuerpo.
Con suero en el
hospital
y amargos
calmantes,
temblando de
frío.
Sacudes la nieve
y pronto te
cubre
más nieve.
Si el dolor se
retira
aprende a
disfrutar
aunque sea un
momento.
Las ramas de
blanco
quebradas por la
nieve,
saben menos que
el árbol.
Si tu hijo te
abraza
para frenar los
temblores
agradece el
dolor.
Tomar con quien
amas
un tranvía en
Praga
hacia cualquier
sitio.
Si el dolor se
va
o si no se aleja,
observa el
amanecer.
En la última estación
fuera de Praga,
todo es blanco.
Si venimos a
morir
a este mundo,
has que todo
sea bello.
Hablar en Praga
sin hablar
con palabras de
nieve.
Recoges un
pájaro
al salir del
hospital
congelado en el
piso.
Aves cantando
en un puente de
piedra
sobre algo que
fue un río.
Que los
recuerdos
no te alejen
de este
amanecer.
Sea bajo el dolor
o bajo la nieve
en Praga
no sacudas los
hombros.
La nieve,
no sabe lo que
hace,
pero sin duda lo
hace.
No creas a tus
ojos;
solo se congela
la superficie del
río
¿Quieres habar
del frío?
preguntaba aquel
que nada entendió.
Haz que todo sea bello?
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