“¿De verdad crees que en esa historia de mierda
había en algún lado algo valioso?”
O. W.
Estábamos reunidos en la casa de F., esperando a que llegaran los demás
mientras él contaba algunas cosas de su viaje.
-Cuesta más de lo que parece subirse a un camello, -me dijo-, aunque se
agachan, pero es difícil igual... Y eso que yo he montado a caballo y no soy
tan bajo... Una vez arriba del animal no es incómodo, eso sí… Les ponen
monturas bien avanzadas y hasta le inventaron un dispositivo para poner tu
celular en la joroba que queda delante… Si no me crees te puedo mostrar una
foto…
-Te creo -le dije.
-Yo anduve casi catorce horas seguidas -siguió-. Todo un día en
realidad. Solo nos detuvimos para ir al baño y ya en lo noche, para comer algo…
-¿Y a dónde iban?
-Era un tour no muy común, según nos dijeron… -continuó-, al final
llegamos a una especie de aldea donde había unas construcciones menores,
supuestamente muy antiguas… Eran de piedra y tenían grabados, pero no me parecieron
tan antiguas… en una las construcciones tenían una esfera, de piedra, que según
ellos iba en la punta de una pirámide… esa se supone que era la gran atracción.
-¿Y luego de regreso?
-Sí… pasábamos la noche en ese lugar y luego regresamos. Ahí nos
ofrecieron volver en camello o en una especie de jeep que tenían en el lugar…
-¿Y tú…?
-Jeep, elegí el jeep -contestó, adelantándose-. En realidad, solo
viajamos tres y los tres regresamos en vehículo… fue por otra ruta de hecho,
bastante más amable…
-¿Y los camellos? -pregunté.
-No sé – me dijo-. Supongo que regresaron también.
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