Que yo sepa no ha llovido, pero igualmente se
desbordó el río.
Ocurrió de improviso, en la noche, sin que nadie lo
advirtiera.
Entonces el agua llegó hasta las casas y entró a
ellas dañando algunas cosas.
En las noticias informan brevemente de los daños,
pero no explican el fenómeno.
Solo repiten aquello que sabemos: que estas casas
se construyeron en el cauce original y etc.
En lo personal no tuve daños de importancia, pues
la mayoría de los libros están en el segundo piso.
Hay cortes de luz, por supuesto, y creo que se dañó
el refrigerador, pero no me preocupa demasiado.
Simplemente tengo que sacar el agua desde casa,
como mis demás vecinos.
No conviene hacerse más preguntas.
Varios han llevado algunas cosas, para intentar
secarlas.
Yo aprovecho de limpiar un poco, mientras saco el
agua.
Desde la municipalidad nos traen unas especies de
escobillones de base plana, para arrastrar una mayor cantidad de líquido.
En la esquina, cerca de una plaza, el alcalde
conversa con un par de periodistas, mientras un camarógrafo filma con algo de
desgano.
Nosotros, en tanto, seguimos sacando el agua, desde
nuestras casas.
Ninguno de nosotros sabe, ciertamente, hacia dónde
arrojamos esa agua.
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