El imperio nunca ha dejado de existir,
estaba escrito en un papel que un transeúnte, en un sueño, me entregaba al
pasar junto a mí, rápidamente. Luego, mientras yo leía el papel, el hombre se
perdía entre la multitud, que en ese momento transitaba por mi sueño, sin que
yo pudiese alcanzarlo y preguntarle de qué hablaba realmente aquel mensaje.
Lo extraño es que aquel transeúnte volvió a
aparecer en varios sueños. Nunca como algo central y siempre sorprendiéndome al
entregarme el papel que contenía invariablemente el mismo mensaje. Daba lo
mismo el tema del sueño o las sensaciones asociadas a dicha experiencia, el
transeúnte siempre aparecía de golpe, y me entregaba un papel que luego yo
desdoblaba encontrando aquellas palabras: el imperio nunca ha dejado de
existir.
Quise buscar al hombre en otros sueños, pero lo
cierto es que no logré encontrarlo. Sin embargo, de haberlo encontrado, creo
que no hubiese necesitado realmente aclaración alguna. Después de todo, la
explicación más clara era la misma frase. Tras comprenderlo, la repetí varias
veces hasta ordenar mis ideas. Finalmente, las organicé de esta forma, aunque
no he reflexionado aún, mayormente, sobre el contenido.
1. El imperio no ha caído, realmente.
2. Vivimos, sin saberlo, en el imperio.
3. Se ha vestido de ruina para hacernos creer que
ha caído.
4. La humanidad no tiene cabida en este imperio.
5. Si la humanidad es necesaria, la caída del
imperio es necesaria.
6. El disfraz del imperio es distinto para cada
individuo.
7. El imperio ha crecido furtivamente en cada uno
de nosotros, ocupando el lugar en el que debía estar el centro de nosotros
mismos.
8. El centro de nosotros mismos no es el yo, sino
la mano que nos une con el otro.
9. Destruir el imperio es destruir lo que creemos
que es el yo, y eso paraliza.
10. No hay que temer. El yo verdadero -de existir-
no puede venirse abajo.
11. Y es que es absurdo pensar que nosotros podemos
derribarnos a nosotros mismos.
12. Nada se derrumba finalmente, si se derrumba el
imperio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario