Marta se despierta y se toma las pastillas.
Luego olvida que ya está despierta y vuelve a dormirse
y despertarse y a tomar sus pastillas.
Tras levantarse, tiene escenas mezcladas sobre lo
que ha hecho y entonces Marta recuerda que tomó más de una vez las pastillas,
aunque olvida que fueron dos veces, y piensa que aquello pudo ocurrir aún en
más ocasiones.
Por lo mismo, algo asustada, Marta va a urgencias
olvidando que en ese hospital, suelen tardar más tiempo en la atención de
urgencias, que con un doctor tradicional.
Tras un par de horas Marta es atendida y tras
explicar su situación se le recomienda un lavado de estómago y la inyección intravenosa
de un medicamento.
Lamentablemente, Marta olvida que es alérgica al
medicamento inyectado por lo que, minutos después, tiene una fuerte reacción
que la lleva a perder la consciencia y se le recomienda dejarla internada.
Tras unas horas en mal recuperación le preguntan a
Marta por su familia, pero ella aún está confundida y olvida hasta la información
más simple.
Tal vez por lo mismo, olvida que apenas nos
conocemos y da mi nombre a un enfermero, cuando le dicen que deben localizar a alguien cercano.
Ya en el Hospital, trato de explicarle que yo no
debiese estar ahí y que la visita solo me servirá para nutrir la entrada del
día de hoy, en el blog.
Lo último que Marta se olvida, lamentablemente, es regalarme
una acción que pueda servir de cierre, para esta poco memorable historia.
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