"Yo no voy a adelantar nada.
Usted vea de qué va."
O. W.
I.
Marcos llama a Javier y le dice que venga urgente a
su casa, en las afueras de la ciudad.
Javier no puede negarse pues no trabaja hace dos
meses y Marcos lo sabe.
De hecho, Marcos es quien le presta dinero hace dos
meses para que Javier pueda vivir sin trabajar.
II.
Por el camino Javier piensa que tal vez se trate de
un trabajo.
O de una serie de favores que Marcos le pedirá a
cambio del dinero prestado.
Sea como sea, lo cierto es que Javier está inquieto,
y no sabe realmente qué va a pasar.
III.
Javier llega donde Marcos y lo encuentra algo
eufórico.
De hecho, casi sin saludar, Marcos lleva a Juan
hasta la parte de atrás de la casa y le pide que mire en el patio.
En el patio hay un oso pardo grande y gordo,
tendido sobre el césped.
IV.
Marcos explica a Javier que aquel oso está ahí
desde hace un par de días.
No se explica cómo entró, pero es probable que haya
huido desde un circo.
De esto se habría dado cuenta Marcos ya que el oso se
subió varias veces a la bicicleta de ejercicios que tenía en el patio, y sabía
pedalear.
V.
Tras mostrarle algunas grabaciones, Marcos le pide
a Javier que quiere que alimente al oso.
No solo tirarle comida sino acercarse un poco más,
llenar un balde con agua e ir viendo cómo reacciona.
Obviamente puede tomarlo como un trabajo, al menos
por un par de semanas, y dar su deuda por saldada.
VI.
Javier acepta, pero se demora más de un día en
entrar completamente al patio y acercarse al oso.
Lo hace en un momento en que el oso parece dormido
y está tirado en la parte más lejana del patio.
Entonces Javier llena el balde con agua y corre
hasta la casa tras sentir que el oso despertaba.
VII.
Tres días dura esa rutina hasta que de pronto,
Javier descubre que el oso no se encuentra en el patio de la casa.
Tras buscarlo, se entera que el perro de unos
vecinos apareció muerto, con grandes heridas en el cuerpo.
Marcos y él deciden guardar el secreto y aguardar
en la casa, por si regresa.
VIII.
Durante una semana Marcos y Javier esperaron a que
el oso regresara.
Lamentablemente el oso no volvió, y Javier terminó
regresando a la ciudad con un último préstamo de Marcos.
A pocos días de volver, Javier logró conseguir un
buen trabajo y hasta intentó devolver parte de lo que Marcos le había prestado.
IX.
Meses después Marcos y Javier se reunieron y
recordaron al oso.
Fue un recuerdo extraño pues ambos llegaron a dudar
si realmente aquello había sucedido.
Del oso, además, no se supo nunca nada más y salvo
el incidente del perro, nadie reportó nada nuevo que pudiese vincularse.
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