Para el proyecto escolar el grupo de Tomás hizo un
robot que se llevó todos los premios. De hecho, la mayoría de los profesores
apenas se separaron del lugar donde dicho grupo exponía y ni siquiera
terminaron de revisar los otros proyectos participantes. Por esto, varios padres
y alumnos se mostraron molestos cuando Tomás y su grupo debieron subir al
escenario a recibir el premio y en pantalla se proyectaba un video con las funciones
del robot fabricado. Así, si bien hubo algunos que solo se mostraron
indiferentes, a medida que avanzaban las imágenes comenzaron a oírse los primeros
abucheos y ya hacia el final, cuando en el video se decía que el robot
aparentaba respirar en su función de reposo, llegaron al escenario los primeros
objetos lanzados por algunos estudiantes. En general, los objetos lanzados
correspondían a fragmentos de los otros proyectos, por lo que la situación resultaba
potencialmente peligrosa, sobre todo considerando los elementos químicos
asociados a algunos trabajos, y la gran cantidad de vidrio utilizado por
algunos otros (espejos, vasos, tubos de ensayo y otros tantos). De hecho, cuando
uno de estos vasos dio en la cabeza de Tomás y se pudo observar por primera vez
la sangre sobre el escenario, los pocos espectadores sensatos que quedaban en
el lugar se pusieron de pie y consideraron huir, en medio del tumulto.
Lamentablemente, en medio de este desorden, comenzaron también los más exaltados a lanzar otras cosas,
incluido golpes, lo que poco a poco nos fue llevando a la situación que todos
conocemos y lamentamos. Finalmente, cuando los carabineros que acudieron al
llamado lograron detener a algunos y controlar la situación, algunos comenzamos
a preocuparnos por el robot construido, que no aparecía por ningún sitio. Afortunadamente,
horas después, mientras se limpiaban los destrozos, el robot apareció escondido
bajo el escenario, en actitud de reposo, simulando dormir y respirar
tranquilamente lo que llamó nuevamente la atención de los pocos que quedábamos
en el lugar. Doy fe, por cierto, que el robot fue guardado en la oficina de
dirección y que estaba funcionando cuando nos fuimos del lugar. Por lo mismo, señalo que no
tengo nada más que declarar al respecto, y reitero que soy absolutamente inocente
de todo lo que se me imputa.
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