Encontraron el cuerpo en la bañera. Las fotos
salieron en el periódico. Era una bañera antigua, de esas con patas, que a mí
al menos me dan la impresión de ser un animal. Dentro de ella estaba el cuerpo
que en la foto se ve cubierto por un plástico negro aunque si observas con cuidado
puedes apreciar un brazo colgar a un costado. También es posible observar salpicaduras
de sangre en las paredes, aunque al ser una foto en blanco y negro pierde mucho
su espectacularidad.
Yo recorté la foto y la guardé porque una vez leí
sobre una especie de terapia que servía para superar ciertos problemas. La terapia consistía en asociar un conflicto
con un hecho concreto, que muestre el fin o la destrucción de algo. Por
ejemplo, puedo pensar que un problema es un pequeño poblado en Indonesia, y
luego ver cómo ese poblado es arrasado por un tsunami o destruido por la
erupción de un volcán.
En este sentido, se recomienda asociar a las
personas que son parte de un problema –o el problema en sí mismo, incluso-, con
personas que han fallecido, ojalá de forma violenta en el último tiempo. Y
claro, eso es lo que hacía yo al guardar aquel recorte del cuerpo encontrado en
la bañera. Tener pruebas de la muerte de ese algo –o alguien-, que había
decidido dejar atrás.
¿Qué pienso hoy al mirar la foto?
Pues no sé. Puede que no me crean, pero ni siquiera
recuerdo a qué persona maté en esa bañera.
Solo pienso que la bañera parece un animal abierto
dentro del cual han encontrado un cuerpo.
Un cuerpo que ha sido cubierto.
Nada más.
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