Hay teorías ciertas que suenan absurdas.
Por esto, suelo tomarme con seriedad aquellas que incluso
se cuentan como anécdotas o como parte de una broma destinada a hacer reír.
Es así como he leído con atención –y esfuerzo
considerable pues el texto estaba escrito en inglés-, la tesis propuesta por un
grupo de investigadores canadienses, que buscaba explicar ciertos fenómenos a
partir de una expresión que puede traducirse como “gravedad leve”.
Lo que planteaban estos científicos, es que dentro
de la historia de nuestro planeta ha habido días –periodos de tiempo variables
y algo indeterminados, en realidad-, en que la fuerza de gravedad es menor a la
mal llamada constante, lo que ocasionaría ciertos fenómenos que han dejado
huella en distintos eventos geológicos aparentemente demostrables.
Lamentablemente el asunto se torna menos verosímil
pues los investigadores señalan que esos días
de gravedad leve, producidos en el periodo en que el ser humano ya habitaba
el planeta, podrían explicar los desplazamientos de grandes objetos o rocas,
por parte de algunas civilizaciones (egipcios y mayas, por ejemplo), que habrían
incluso dado cuenta de esos días en algunos “escritos” o calendarios, citados
en la investigación.
Por si fuera poco, el estudio plantea que esos días
no son iguales en todas las partes del planeta, ya que existirían zonas de gravedad
leve, en las que el fenómeno estudiado suele ser más recurrente, y hasta
estudian una serie de factores comunes en esos lugares, buscando algún patrón.
Dicho esto, informo que no entraré en detalles
sobre la investigación y que esta entrada concluirá en breve.
Y es que de ser cierto lo que plantea aquel
estudio, estoy seguro que hoy sería uno de esos días.
Una prueba de esto: la entrada ya concluyó.
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