En el video se ve un perro.
Un perro escarbando, buscando un hueso.
Se desespera tras cavar un poco y comienza en otro
sitio.
Se muestra nervioso y de vez en cuando ladra hacia
quien sostiene la cámara.
El que sostiene la cámara, por cierto, parece ser
bastante joven y ríe con la situación.
De hecho, anima al perro para que siga cavando, sin
encontrar nada.
Así pasan tres minutos.
Luego cuatro.
Pocos segundos después acaba la versión más
difundida del video.
Seis millones de reproducciones, hasta esta mañana,
si no recuerdo mal.
Cientos de comentarios en más de siete idiomas.
Pero claro, esa no es la única versión del video.
Y es que también está en la web, aunque menos
difundida, una versión de cuarenta y ocho minutos.
En ella, luego de la versión ya señalada, se ve al
perro descansar junto a un hoyo.
Minutos después, quien graba muestra a la cámara que
ha sido él mismo quien tiene el hueso que el perro anda buscando.
De esta forma, tras otros minutos de descanso,
vuelve el perro a cavar aunque cada vez con menos energía, como si solo fuese
por cumplir, nada más.
Poco después quien graba le entrega el hueso al
perro, quien tras olerlo lo deja al costado de uno de los hoyos, como si en
realidad hubiese estado buscando una cosa distinta.
Y claro, entonces vuelve a cavar.
Seis minutos más vuelve a cavar.
Esto hace hasta que se interrumpe abruptamente la grabación.
De esta forma, todo se va a negro.
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