Un asteroide con un farol.
Me conformo con eso.
Nada de viajes a Marte, a Júpiter o intentos por acercarse al sol.
Debiésemos enfocarnos en algo más sencillo.
Una carrera espacial limitada a encontrar un pequeño asteroide.
A una distancia moderada y que no presente grandes riesgos.
Luego instalar un farol.
Olvidémonos de estaciones espaciales o grandes y lejanas
colonizaciones.
Un metro bajo la roca, calculo, para que no se salga.
Luego encenderlo y apagarlo.
Sé que no se puede sin atmósfera, pero acepto en ese caso un avance
tecnológico.
Solo para la mantención del fuego, que se entienda.
No estoy proponiendo un encendido o apagado automático.
Por lo mismo, está claro que se necesita un operador.
Un farolero, digamos.
Atento a los cambios y que no abandone la consigna.
Yo me ofrezco, por supuesto.
He estudiado las condiciones, me he entrenado y creo que soy capaz.
Además duermo poquito, por si los días son muy cortos.
Un farol y un asteroide.
No me verán, pero pueden estar seguro que una luz pequeña se está
encendiendo y apagando.
Estoy seguro que hay gente que necesita de estas cosas.
Saber que hay faroles, faroles y consignas que sí importan.
Pueden pensarlo mientras tanto.
Yo seguiré entrenando y estaré listo cuando me necesiten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario