I.
Ella le regala a él una bufanda.
Tal vez la tejió o tal vez la compró hecha, en esta
oportunidad no es un dato esencial.
Tampoco lo es, por cierto, el color de esa bufanda.
Por lo mismo, puede usted tomarse este tiempo para
imaginar libremente aquellas cosas.
II.
Respecto a lo que sí tiene importancia, señalo
desde ya que se debe imaginar la bufanda de un largo considerable.
Esto, ya que será el tema central de lo que
desembocará en una serie de hechos poco comunes.
En este sentido, si llegásemos a precisar el largo
de la bufanda digamos que es el doble de una bufanda común.
Él, entre bromas, le hizo notar esto a ella y se
burló alegremente, viendo cuántas
vueltas podía dar la bufanda a su cuello.
Y claro, ella se rio al principio, pero luego se
puso más seria y hasta se sintió mal por el asunto y deseó no haber regalado
nada.
III.
Ahorraré tiempo de una vez y diré sin más que él se
termina ahorcando con la bufanda, mientras bromeaba respecto al largo de esta.
Ella no es culpable, por supuesto, ni él, ni la
bufanda.
En este sentido, podría decirse que se trató,
simplemente, de un accidente extraño.
A pesar de esto, estoy seguro que hay algo más en
esa historia.
Un extra que en cierto sentido puede entenderse
como una moraleja, o como un significado mayor al ya expresado.
Aunque claro, la vida entera si usted quiere, puede
tomarla como una fábula, o un texto con un significado extra.
¿Para quién será, finalmente, la moraleja de
nuestra vida entera?
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