Soñé que era un caballo de Troya.
No sé si el original, pero era yo un caballo
grande, de madera.
Llevaba en mí un gran número de personas ocultas,
al parecer armadas.
Me costaba comprender la situación, por cierto,
pues tal como decía, yo solo era un caballo de madera.
Me arrastraban otros hombres, y al parecer tenía
ruedas en mi base.
Había gran alboroto y música cuando me recibían.
Todos hablaban de lo bello que era
Pero yo –como todos-, ignoraba cómo era realmente.
Pasó entonces el tiempo y hubo frío y todo se
volvió silencio.
Entonces, se abrió mi vientre y comenzaron a salir
de él los que iban escondidos.
Escuché sus voces y hasta el sonido de sus armas.
Poco después comenzó el caos.
Se escuchaban gritos y sentía el fuego, ardiendo en
la ciudad.
Voces de mujeres y niños pidiendo por sus vidas se
escuchaban en las calles.
Yo, en tanto, estaba vacío, intentando comprender
qué pasaba.
Entonces, sentí que alguien volvía a meterse en mi
vientre y cerraba por dentro.
Yo no podía entender a qué había regresado.
La persona al parecer estaba herida, aunque luego
se quedó quieta y perdió su temperatura.
Entonces el fuego llegó también hasta mí, y me
quemé, mientras despertaba.
No recuerdo, aunque me esfuerce, nada más.
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