-Al principio no era el verbo –me dijo-. Eso fue un
error. El primer error, si se quiere, al explicarlo de esa forma. No era el
verbo. Abran el libro ese y pónganle el no adelante... De hecho, el verbo es
más bien el residuo… los restos de algo. Una especie de técnica, si se quiere,
pero nada más...
-…
-Incluso, si se piensa… puede que el verbo incluso
llegue tarde… Cuando ya pasó lo de verdad, me refiero… después de la catástrofe, después de la gran
transformación, digamos… ¿qué queda si no el verbo? Y claro, no falta entonces
quien empieza a contar unas historias y el verbo, más encima, parece
desarrollarse en otro sitio… permanecer más lejano, me refiero… más tarde y más allá...
-…
-Y claro, así también de paso es como se mata al
verbo… o sea, ya viene muerto creo yo, pero así es como se seca, se
desarticula, se deshidrata… Imagínate: el verbo que ya estaba en otro sitio
viene a reducirse aún más… Un sonido mezquino apenas… Poquito más que eso, si
hay suerte… poquito más…
-…
-El verbo… ¿qué habrá sido todo eso…? Y es que todo
desgastado, como está, no vale gran cosa… Un verbo así no vale nada… No es el comienzo
de nada, me refiero… No puede serlo… Escondido ahí, en la palabra… ¿Sabrá
alguien qué significa…?
-Cállate hueón –le dije-. Hácete un blog. Estoy
revisando pruebas.
Buen final! Jajaja
ResponderEliminarme agrada leer tus textos