Wingarden propone otra manera de definir a un
animal mamífero:
Todo aquel animal al que se puede amar, es un
mamífero.
Me recuerda un poco a la Historia Natural de Plinio
el viejo cuando leo sus escritos referidos a estos temas.
Especifica eso sí que ese “puede amar” incluye que el
animal se “deje amar”, razón por la cual, por ejemplo, prácticamente no incluye
aves ni peces en su categoría.
En este sentido, propone una definición abreviada
de mamífero, que me agrada bastante:
Animal amable.
Asociando la palabra amable, como decía
anteriormente, a esta idea primaria de amabilidad, como algo que se puede amar.
Bajo su definición, me asombra observar que casi todos
los mamíferos tradicionales entran en su lista, mientras que los ejemplos de
animales no mamíferos, coinciden también con los que habitualmente ubicamos en
otro orden.
Por esto, para saber si un animal es o no mamífero,
Wingarden propone un método simple:
a) Observar al animal.
b) Preguntarnos si es o no amable (si se puede o no
amar)
c) Clasificar como mamífero o no mamífero.
De hecho, nos da una lista para hacer, junto a él,
este ejercicio.
En mi caso, comento que coincidí en todo con la clasificación
de Wingarden.
No detallaré la lista, pero señalaré, como rareza,
que termina preguntándose por uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario