-¿Te acuerdas de tú papá?
-No… Casi nada.
-Pues yo me acuerdo que me molestaba… no recuerdo
ni su cara, pero sí lo que me decía…
-¿Y qué te decía?
-Que me habían encontrado en un supermercado… en la
máquina de congelados… cerca de las alitas de pollo…
-Pero lo decía bromeando, supongo… no por hacerte
sentir mal, me refiero…
-Claro… Pero lo debe haber dicho muchas veces,
porque lo recuerdo todavía…
-¿Y de qué edad más o menos…?
-¿Qué edad tenía yo, en ese tiempo?
-Sí.
-No sé bien… Pero debo haber sido chica porque
recuerdo que me levantaban para que viera de donde había salido…
-¿Te levantaban en el supermercado?
-Sí, me mostraba en interior de un frigorífico
blanco, done estaban los pollos congelados… y luego indicaba un lugar medio
vacío, donde supuestamente me encontró…
-¡Qué tonto…!
-Sí… Era tonto, pero igual yo era chica… y me
preocupaba un poco…
-¿Te lo creías?
-No, en realidad no… o no era eso lo importante… De
todas formas, uno no piensa que hay antes de esas máquinas…
-No entiendo…
-Me refiero a que… no sé… sacas las alitas de
pollo, por ejemplo, pero no piensas en los pollos, ni en las gallinas ni en nada
previo… Conmigo era lo mismo, si me sacaron de ahí o si me sacaron de mi madre me
daba lo mismo, en el fondo…
-¿Y qué te preocupaba, entonces?
-No sé bien si era tan terrible en ese entonces,
pero recuerdo más grande haberme preguntado si esas bromas eran por algo en mi
apariencia… si tenía cara de pollo o patas de gallina… ya sabes, una es medio
tonta a veces…
-Sí, puede ser… a uno se le quedan cosas grabadas…
-Sí, pero lo raro es que se me grabó eso en vez de
la cara de mi padre…
-¿Y hubieses preferido la cara?
-¿Cómo…?
-¿Cambiarías olvidar lo del supermercado por
recordar su cara?
-No, no creo… Si hasta el día de hoy cuando paso
frente a esos frigoríficos, recuerdo ese origen inventado, y miro dentro…
-¿Y ves algo?
-Claro… veo algo y siento algo, por supuesto…
-…
-Pero no voy a decirte qué veo…
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