-Lo peor ocurrió después -dijo ella-, casi cuando
anochecía… yo ya me había quedado sola y estaba un poco perdida en esas calles…
Y claro… fue entonces cuando me di cuenta que me estaba siguiendo un lisiado…
-¿Te siguió un lisiado?
-Sí…-continuó ella-, ya antes había escuchado ruidos,
pero fue cuando me vi sola, en aquel lugar, que me di cuenta que me seguía…
-¿Y qué hiciste entonces…? Supongo que no pudo
alcanzarte, si era lisiado…
-Eso pensé al inicio… Creí que bastaría acelerar un
poco para perderlo de vista, pero lo cierto es que, a pesar de venir cojeando y
medio torcido, el hombre se acercaba cada vez más…
-¿Pero cómo…? ¿Tú ibas cansada o…?
-No es eso… -interrumpió-. Yo intentaba ir rápido,
pero supongo que algo inconsciente en mí se apiadaba del lisiado y me hacía
andar más lento… No sé cómo explicarlo, supongo que me sentía un poco culpable,
por huir del lisiado… Como si fuera discriminatorio dejarlo atrás… no sé bien
cómo explicarlo…
-¿Y logró alcanzarte, entonces…?
-Más que alcanzarme, al final… Me refiero a que de
pronto lo sentí a dos pasos… luego a uno… y de pronto cuando pensé que me iba a
detener resultó que el lisiado pasó por el lado mío y me adelantó rápidamente…
-¿Se puso delante de ti…? ¿Para detenerte, acaso…?
-No exactamente… -explicó ella-. Me pasó y siguió avanzando…
sacándome distancia incluso… Fue entonces que descubrí que en realidad seguía a
otra…
-¿A otra?
-Sí… Me fijé entonces que muy adelante se veía otra
figura, también cojeando y algo maltrecha, que huía del lisiado que yo había
pensado que me perseguía a mí…
-¿Una lisiada?
-Sí… una lisiada… una chica que iba más adelante
aparentemente huyendo de este hombre…
-¿Y qué hiciste entonces…? ¿Le avisaste a alguien o…?
-No había nadie en el lugar -se excusó ella-. Quise
hacerlo, pero no había nadie más en aquel lugar…
-¿Y entonces…?
-Entonces nada -dijo ella, cortando la
conversación-. Simplemente me cansé y me detuve a descansar un poco… Luego los
perdí de vista y, tras volver a caminar, logré llegar a mi destino…
-¿Y no volviste a verlos, más tarde…?
-En realidad no -dijo ella-. Me pareció que doblaron
por una calle pequeña y no volví a preocuparme de ellos…
-Entonces no te pasó nada, a fin de cuentas.
-Casi nada –terminó ella-. Solo me pasó un lisiado
que iba siguiendo a una lisiada… nada más.
-Fome la hueá entonces…
-Sí, puede ser -dijo ella-, otra más que no da para una historia.
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