*
Venía una crema de pollo en vez de una crema de
espárragos. La preparaba anoche y de pronto me sorprendí. Por un momento pensé
que se trataba de una crema de espárragos en mal estado, pero luego me di
cuenta que se trataba de una de pollo. Tuve que probarla, por supuesto, y
después me la comí. No estuvo mal, pero quería la de espárragos.
*
Ya de noche, en la cama, le di vueltas al asunto. No
sé por qué le di tantas vueltas. Incluso llegué a levantarme y busqué hasta
encontrar otros sobres. Esta vez se trataba de una crema de tomate y otra de pollo.
Ya no tenía hambre, pero de igual forma abrí la de pollo, para ver si dentro
venía una de espárragos. No fue así, contenía la de pollo. Entonces volví a
acostarme y seguí pensando en todo aquello hasta que logré dormirme.
*
No es que fuese algo grave, pero seguí pensando en
ello incluso al otro día. Supongo que le daba vueltas a dónde estaba el
contenido que debía estar en el sobre. Es decir, dónde había ido a parar la
crema de espárragos. Fue entonces que me fijé que en el sobre se indicaba un
número telefónico, para consultas y reclamos. Y llamé.
*
Expliqué la situación en detalle. Tomaron mis datos
y me propusieron una posible solución. Me dijeron que entregara el sobre de la
sopa, con los restos del polvo de pollo que quedaban en su interior y me darían
una crema de espárragos. En menos de 48 horas iría alguien hasta mi domicilio,
para cumplir con ello. Yo acepté en principio y hasta di las gracias, pero
luego pensé que eso no era solución alguna.
*
-No se trata solo de mí -le dije-. La crema de
pollo que venía en el interior del sobre debe haber pertenecido a otro… Y ese
otro habrá comprado una crema de pollo y tal vez venía vacía, o venía la de
espárragos…
-Si es así ese otro también podría llamar y lo
solucionaríamos de igual manera -me contestaron-. Todo tiene solución… Lamentamos
lo ocurrido, pero no es tan grave, después de todo…
Insistí un poco más, pero luego acepté el trato, de
igual forma. Me pareció insensato, después de todo, agregar algo más.
*
Al día siguiente un chico en moto llegó con la
crema de espárragos. Me hizo firmar unos papeles y se mostró comprensivo.
-Si tiene otro problema llame a la empresa-nos
dijo-. Es lo justo… Puede tratarse de una sopa, pero en el fondo es un problema
de confianza. Abrir el sobre y no encontrar lo que se dice que contiene es algo
básico… que no esté ahí puede ser algo más serio de lo que parece…
Mientras lo escuchaba hablar y firmaba los papeles
dudaba si me hablaba en serio o si se estaba burlando. Pero el chico parecía
amable, así que deseché la segunda opción.
Me quedé observándolo hasta que la moto se alejó.
Finalmente, posé mi vista en el sobre, igual como
usted, tal vez, está posando ahora mismo su vista en este texto.
Sin saber por qué.
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