I.
Un vecino como un personaje de Daniel Clowes.
Saca a pasear a su perro hasta que un día se lo
roban.
Lo había dejado fuera de un negocio, amarrado con
su correa.
Luego de comprar observa que está la correa, pero
el perro no se encuentra.
Regresa a casa con las compras y la correa, pero
sin el perro.
Había comprado, justamente, comida para su animal.
II.
Mi vecino me pide ayuda para hacer avisos y encontrar
al perro.
Él trae una foto en que está el perro frente a una
torta de cumpleaños.
-Es de cuando cumplió tres –me dice.
La torta tiene forma de hueso y es, según me
explica, una especie de pastel de carne.
-Era su mayoría de edad –agrega-, si calculamos en
años perro.
III.
En el aviso ponemos la foto, los datos de mi vecino
y se anuncia una recompensa.
En ña parte baja, además, mi vecino coloca un
mensaje señalando que, si alguien lo tiene y no quiere devolverlo, pueden
contactarse con él para saber los gustos del animal.
Además ofrece entregar un poco de comida y sus
juguetes favoritos.
IV.
Días después aún no ha encontrado a su perro.
Sin embargo, lo han llamado dos personas diciéndole
que ellos tienen al animal y necesitan que deposite dinero para la comida.
Por las dudas, mi vecino dice que les va a
depositar, pero solo la mitad.
-Con eso tienen comida como para seis meses –me dice.
También me cuenta que lo llamó una mujer y le dijo
que la foto era muy tierna, pero no accedió a juntarse con él, cuando este la
invitó.
Si no encuentra al perro, mi vecino dice que planea
comprarse una tortuga y comenzar, por otro lado, una colección de cactus.
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