Todo estaba lleno de agua porque se descongeló el
refrigerador.
Y es extraño, pero no puedo molestarme cuando se
trata de agua.
Limpio y seco las cosas.
Paso un trapo y la recojo con cuidado.
Hasta pongo música, para que sea más agradable.
Mientras lo hago, alguien me llama por teléfono.
Al parecer hubo un corte de luz largo por la noche
y existen más consecuencias.
Aparatos eléctricos inutilizados por golpes de
energía.
Un par de muertos en un hospital donde no
funcionaron unos generadores.
Unos cuántos accidentes en las calles, por fallos
en los semáforos.
Mientras me enumeran los problemas, se vuelve a
cortar la luz.
Me recomiendan entonces desenchufar los aparatos eléctricos
para evitar más daños.
Luego hay interferencia y se corta la comunicación.
Con calma, desenchufo los aparatos eléctricos.
Hay olor a quemado, de hecho, en el que estaba
conectado un televisor.
También se ve negro el enchufe que está en el baño.
No me preocupo demasiado, sin embargo, y vuelvo a
la cocina.
En el refrigerador, todavía quedan unos trozos de
hielo, derritiéndose.
Aprovecho de retirarlos y vaciarlo por completo.
Lo envidio incluso, mientras lo veo, totalmente
limpio y hasta con una luz dentro.
No debiese estar encendida aquella luz, pienso
entonces, mientras lo observo.
Todo está tranquilo.
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