Ocurrió en el colegio, pocos días antes del final
de mis estudios.
Lo que ocurrió fue que me designaron para evitar
que dos de mis compañeros peleasen.
Habían tenido dificultades durante largo tiempo y
casi todos esperaban que la situación explotara por esos días, antes de dejar
el colegio.
Yo no entendía por qué me asignaban aquello, pero
supongo que creían que podía, al menos, hacerlos reír.
Y es que si bien no era lo suficientemente fuerte
para separarlos o controlarlos a ambos, deben haber pensado que podía generar
un buen clima, manteniéndolos activos a base de chistes o cosas de ese estilo.
Tú sabes,
me dijo un profesor, los mantienes
entretenidos siendo quién eres, nada más.
Y claro, recién en ese entonces calculé que eso es
lo que debían ver de mí, los demás.
Aquello me complico un poco pues yo estaba seguro
de ser un tipo bastante más profundo.
Más profundo y menos superficial de lo que mi
mismas acciones invitaban a pensar.
Ta vez fue por eso que decidí hacer lo contraria a
lo que se me pedía.
Y terminé creando una situación para que mis
compañeros se peleasen –a morir si querían-, sin nadie que los interrumpiese.
Yo mismo se los comuniqué de esa forma, tras una
especie de arenga que lancé contra el mundo y contra todo aquello que creímos
una vez que fue valioso, y luego lo olvidamos y ya está,
Lamentablemente, tras escucharme, ellos se rieron y
pensaron que se trataba de un truco ingenioso, que me había inventado para que
no se pelearan entre sí.
Traté de hacerles ver que no era cierto, pero no lo
logré.
En la desesperación, incluso lancé golpes contra
ellos, que ter minaron uniéndose para golpearme a mí, mientras seguían pensando
que se trataba de un plan.
Terminé con un corte en la cabeza.
Sangrando, pero con mi curso riendo y hablando de
lo ingenioso que era y alabando lo que había logrado a base de mis estupideces.
De hecho, así decía un reconocimiento que me e
regaron hacia el final de aquel año.
“Por sus geniales estupideces”, decía.
Nunca volví a comunicarme con ellos, por cierto, luego que
salimos de la escuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario