De verdad yo pensaba que para todos era así. Que
era normal de esa forma, me refiero. Despertarse en otro lugar. Con una ropa distinta,
incluso. Siendo tú mismo, por supuesto, pero de otra forma. Y no es que se
tratara de los efectos del alcohol o de algún tipo de droga. Yo vivía aquello
como algo natural. Como algo que le ocurría a todo el mundo, pensaba en ese
entonces. Una vez, por ejemplo, me desperté y ocurrió que tenía dos años más. Y
claro, no había estado en ningún lado durante ese tiempo. De todas formas, no
me hacía mayores problemas. Es decir, como
pensaba que lo mismo le sucedía a los demás, concluía que no había para qué hacer
escándalo e intentaba ordenarme nuevamente.
Contar cómo sospeché que no era algo normal resulta
confuso y, por lo demás, poco interesante. Luego de eso, sin embargo, me
trataron varios especialistas, quienes me debieron convencer de que lo que ocurría era una anomalía y debía ser tratada. Probaron de todo menos hipnosis,
pues al parecer se corrían algunos riesgos. Afortunadamente, luego de tratarme
durante unos cuantos meses, no volví a sufrir estos fenómenos. Sin embargo,
nunca pude recordar lo qué sucedió en esos tiempos perdidos. Y claro -pienso
hoy día-, tal vez sea mejor de esa forma. Después de todo, yo simplemente siento
que no estuve realmente en ningún sitio. Y es que no ocurrió –en mí, durante esos lapsus-,
absolutamente nada. De hecho, todavía guardo un poco de dudas respecto a lo
normal de este asunto. Y es que tal vez a todos le ocurre, pienso todavía, aunque en menor
medida. De hecho, ni siquiera da para una historia, como
pueden ver. Por lo mismo, no agregaré otra palabra, sobre este asunto. Y este será entonces, sin lugar a dudas, el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario