Noviembre de 1882.
Edward Maunder trabaja mirando el sol.
Entre otras cosas, lleva años midiendo y estudiando
las manchas solares.
Años después, contrastando sus propias
observaciones con las documentadas en archivos, identificará un periodo en el
que prácticamente no se registraron manchas…
Pero ahora es noviembre de 1882.
Maunder se encuentra junto a otros astrónomos y
científicos cubriendo un fenómeno de actividad auroral cuya descripción no
coincide con ninguna otra que se haya registrado hasta la fecha.
Tras varias reuniones, cartas y cambios sugeridos
publica un artículo en la revista “The Observatory”.
A pesar que el artículo hace referencia a un “extraño
visitante celestial” y desarrolla una serie de observaciones bastante
arriesgadas, es en cartas y apuntes de trabajo donde él da cuenta real del
fenómeno.
Así, dedica al menos veinte páginas de apuntes a
describir las impresiones del fenómeno, dando cuenta de una serie de
huellas que dejó en él, la observación del haz auroral.
Nada volvió a ser igual después de aquel
noviembre, escribirá en una carta años después a su segunda esposa, mientras
planteaba la idea de una zona de receso personal, similar al concepto de
pequeña edad de hielo, dentro del cuál se registraba el periodo de bajo
registro de manchas solares, conocido ahora como el mínimo de Maunder.
Pero claro, ahora es noviembre de 1882 y él está
observando aquel extraño fenómeno auroral.
Registra ruidos incluso, y una serie de conductas
en los haces de luz cuya explicación se le escapa.
Esto ya ocurrió, escribe con letras grandes
en varias páginas de sus registros.
Asimismo, describe sus impresiones como descubrimientos
tardíos, señalando que el fenómeno vino a revelar huellas que existían
desde antes.
Todos ya han muerto y han nacido, escribe en
noviembre de 1882.
Moldes llenos de luz, cráteres cubiertos de agua,
señala.
Esta última frase volverá a aparecer en varios de
sus escritos personales en años posteriores.
Pero ahora, ciertamente, es la primera vez que aparece.
Noviembre de 1882.
Quedémonos mejor, en ese instante.
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