Lo tuvo y lo dejó ir. Estaba orgulloso de eso. Decía
que mejoró su español solo para contar correctamente su historia. Yo la escuché
al menos tres veces y debo haberlo visto no más de unas cinco. Era australiano,
según contaba, aunque había vivido en varios otros países durante casi toda su
vida. En Chile estaba desde hacía quince, y como ya llegaba a los ochenta y
había sufrido dos infartos, decía que lo más probable era que se quedara acá.
Había llegado a trabajar en un observatorio, en Chile, donde estuvo algunos años.
Ya había descubierto al cometa cuando llegó acá, nos contaba, pero fue en
nuestro país donde terminó de corroborar su existencia y hasta pudo calcular
tiempos y verificar parcialmente su trayectoria. Treinta años, nos dijo, había
ocupado al menos en ese cometa. Un poco como Ahab, pensé yo, solo que acá no
había ballena ni venganza alguna de por medio. Fue entonces, cuando pensó que tenía los datos
suficientes para transformar su investigación en algo más trascendente. Y fue también
entonces, contaba orgulloso, cuando de un segundo a otro decidió abandonar todo
aquello y dejarlo ir. Ya había escrito decenas de cartas y avanzado en
documentos, nos dijo, pero fue un día barajando nombres que comprendí
que ponerle uno era casi una crueldad, y me dio un poco de risa y vergüenza
todo aquello. Era como querer clavarlo con alfileres. No es que
estuviera mal o fuera grave, pero era tonto. Tonto porque era innecesario… Así
que entonces lo dejé ir. Decía esta última frase con una sonrisa y mirando
siempre a los ojos. Soy el hombre que dejó ir un cometa, concluía. Y los
ojos le brillaban. Y mi corazón latía rápido mientras lo escuchaba, porque quería -o necesitaba, más bien-, que aquello fuera cierto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguidores
Archivo del blog
-
►
2024
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2023
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2022
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2021
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2020
(366)
- ► septiembre (30)
-
▼
2019
(365)
- ► septiembre (30)
-
▼
junio
(30)
- En un cementerio de automóviles.
- Un perro, por ejemplo.
- Cortando árboles.
- Solo decisiones.
- Aprender a boxear.
- Los concursantes.
- Pozo.
- Cuidado.
- Un hombre así.
- Una rata no puede empeñar su cola.
- ¿Quién está soñando ahora?
- Un cigarro, en el sueño.
- Ese que flota ahí.
- El perro Kees Popinga.
- Dibujo estas letras, no las digo.
- Las cosas cuando nadie las ve.
- El hombre que dejó ir un cometa.
- Se arrienda pieza para hombre solo.
- Tonteras.
- ¿Archivamos el caso?
- Quemad los poemas de amor.
- Si golpean la puerta no abro.
- Kim.
- En Bucarest.
- ¿Ya viste el periódico?
- Anestesia.
- Para qué.
- Me gustan las cartas de Flaubert.
- Seis bastones.
- Pobres hombres.
-
►
2018
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2017
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2016
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2015
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2014
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2013
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2012
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2011
(365)
- ► septiembre (30)
No hay comentarios:
Publicar un comentario