I (II).
-Archivamos el caso -me dijo-. No es definitivo,
supuestamente, pero al final siempre lo es. Quédese usted tranquilo. Piense si
quiere que todos somos algo así como casos archivados. A mí al menos me
tranquiliza esa imagen. Expedientes que van de un lado a otro. A primera vista
un caos, es cierto, pero si nos fijamos bien hay reglas. Siempre hay reglas. No
debe usted cargar más que el expediente que le corresponde, por ejemplo.
Excelente regla, si me permite el comentario… ¿qué piensa usted?
II (I)
-Pienso que hay que escoger -le dije-. O existen
los hechos o existen los hombres. Aunque en ambos casos se puede archivar el
caso. El problema surge, sin embargo, cuando se quiere admitir la existencia de
ambos. La existencia simultánea, me refiero. Si existe el hombre y el hecho, este
último deja de serlo pues pasa a ser interpretado. Su realidad se debilita, digamos.
Su cuerpo cede. Sansón derriba sus columnas. Por otro lado, si existe el hecho
y el hombre, este último pasa a ser un accidente. Un accidente leve, en todo
caso. Un tránsito sin huellas. El hombre mismo como un hecho fallido, digamos. La
creación incompleta de un dios que existe solo de vez en cuando... ¿qué piensa
usted? ¿archivamos el caso?
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