Yo me sabía un chiste sobre cocodrilos, pero se me
olvidó.
De hecho, tenía ganas de contarlo en esta entrada.
Comenzaba con dos cocodrilos entrando a un bar,
pero hasta ahí me acuerdo.
Lo demás, en mi memoria, son simplemente datos
sueltos.
Aquí por ejemplo, enumero tres:
1. Era un cocodrilo padre con un cocodrilo hijo.
2. Uno pedía un trago fuerte y el otro un derivado
lácteo.
3. Aparecía un cocodrilo barman que les preguntaba
algo, mientras les cambiaba las bebidas.
Y como decía, no recuerdo nada más.
Teniendo en cuenta estos datos, sin embargo, debo
confesar que me resulta extraño no poder rearmar
un chiste.
Lo digo porque mientras escribo voy recordando
otras cosas, pero no logro, todavía, dar con el sentido completo.
Por otro lado, algunas de las cosas que recuerdo, no sé realmente si eran una parte
original del chiste o mi imaginación las va agregando, de tanto hurgar en la
memoria.
Y es que entre esos nuevos recuerdos tengo al
cocodrilo barman dando a entender que es el abuelo del cocodrilo más joven.
Y también una escena final –o casi final, no
recuerdo bien-, con dos de los tres cocodrilos mirando un mismo punto, con los ojos llenos de lágrimas.
Si algún lector conoce el chiste ruego compartirlo.
Tal vez no era tan chistoso, pero estoy
seguro que transmitía una alegría verdadera.
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