Soñé que estaba rodeado de calcetines.
Supongo que limpios, aunque el sueño, a fin de
cuentas, no tenía olor.
El caso es que, por alguna razón que desconozco, yo
debía dar vuelta esos calcetines.
Introducir la mano en ellos para luego voltearlos,
me refiero.
Fue entonces que, en el sueño, me percaté que al
hacerlo, el calcetín desaparecía.
O sea, objetivamente desaparecía, pero yo sentía
que de cierta forma estaba ahí, solo que no tenía un “lado de adentro”
Fui probando así, en el sueño, con los distintos
calcetines que me rodeaban.
Y claro, ocurría lo mismo con cada uno de ellos.
Me percaté eso sí, de pronto, que los calcetines
que volteaba no eran míos.
Me refiero a que yo los daba vuelta, pero ni
siquiera eran ropas mías.
Y esa sensación de cierta forma me trajo un poco de
alivio.
Seguí entonces dando vuelta calcetines hasta que no
quedó ninguno en torno a mí.
Sentía que estaban ahí, en todo caso, pero del lado
equivocado.
Posteriormente, en el sueño, comencé a hacer lo
mismo con otras cosas.
Intentar voltearlas, me refiero.
Un chaleco, un cenicero, un pantalón y hasta un
libro.
Con todos ellos, por cierto, ocurrió lo mismo:
desaparecían por no tener “lado de
adentro”.
Fue así que en el sueño, de pronto, me encontré en
medio de una habitación vacía.
Finalmente, en esa misma habitación, decidí yo
mismo voltearme, como a un calcetín.
Me refiero a que introduje mi mano por mi garganta,
apreté fuerte, y me intenté dar vuelta, igualito como ocurrió antes, con las
calcetas.
Y claro, igual como había ocurrido antes, sucedió
que tras hacerlo, desaparecí sin fijarme mayormente dónde iba.
Luego de eso, no hay mucho que agregar salvo que el
sueño siguió de esta forma hasta el final, horas más tarde.
Una habitación vacía y cosas volteadas, me refiero.
Yo mismo, uno más, entre esas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario