“Y aunque un cañonazo nos parta,
en las profundidades nos reuniremos”
James M. Barrie
El papá de Tom compuso una canción para que sus
hijos se tomaran la medicina.
Era una canción alegre y chistosa que acompañaba
con un banjo.
Cuando nos juntamos a beber, con Tom, él siempre
recuerda la canción y de paso a su padre y sus hermanos.
Todos están muertos, por cierto, pero Tom lo tiene
asumido y hasta bromea con la situación.
Sobre todo porque la canción habla justamente de la
muerte, (la muerte como aquello que vendrá si no te tomas las medicinas).
Aunque claro, las medicinas sirven de poco cuando mueres
en un accidente de autos.
Esto ocurrió cuando Tom tenía dieciséis, y decidió
quedarse con su madre, en vez de ir al estadio, con su padre y sus dos
hermanos.
Hoy, Tom es hoy ingeniero eléctrico y tiene un
hijo, al que no ve casi nunca.
No parece estar encariñado con él y la verdad es
que, según cuenta, su hijo tampoco parece necesitarlo.
La madre de Tom se casó nuevamente con un tipo
colorín que fuma pipa.
Tuvo otro hijo al que Tom no lo considera como su
hermano.
Cuando Tom canta partes de la canción suele
perderse en la melodía y todo resulta algo inconexo.
No sabe, por cierto, tocar el banjo.
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