D. cuenta que en su visita a Dinamarca, conoció
cierta costumbre que podría denominarse como la piñata falsa.
Como el nombre llama a imaginar, se trata de una
tradición que se utiliza en algunos cumpleaños y que consiste en la utilización
de una piñata que no es tal, y que el festejado, vendado, debe golpear sin
obtener el resultado esperado.
Así, a través de algunas fotografías, D. nos
muestra de qué forma el cumpleañero, tras el vendaje de rigor, es puesto junto
a la supuesta piñata que debe golpear, aunque esta, como decíamos, no es en
realidad una piñata verdadera.
A partir de esta equivocación, suele producirse un gran revuelo entre los otros
asistentes a la celebración, generalmente relacionado con las risas, aunque
también en ocasiones -dependiendo de la naturaleza de la piñata falsa-, puede
producirse en los demás asistentes una fuerte conmoción.
Lo anterior, ya que en vez de la piñata verdadera,
pueden verse en su reemplazo desde simples objetos que el festejado debe
golpear, hasta pequeños animales o incluso el hermano menor del festejado, que
puede terminar con severas contusiones o derechamente muerto, como ocurrió en
un par de ocasiones, durante el último año.
Con todo, a pesar de los riesgos y aparente
salvajismo de la costumbre, sigue siendo hasta el día de hoy una tradición muy
usada en la región, al igual que en otros países nórdicos.
-Buenas fotos –le decimos a D., tras su
explicación.
Él asiente, en silencio, como si en realidad se
sintiese molesto de que no hubiésemos comprendido algo.
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