I.
Mujer discute con escolar que va sentado en el
piso.
La mujer lo increpa y el escolar la ignora.
Entonces otra mujer alega a favor del escolar y un hombre
que observaba a un costado respalda a la primera mujer.
El escolar que está sentado en el piso ignora
incuso a quien la defiende.
Yo subo el volumen de mis audífonos y escucho a Max
Roach, quien de cierta forma –hermosa forma-, nos ignora a todos.
II.
Joven discute por teléfono.
Le dice a alguien que esto no puede repetirse, que
está harto.
Luego agrega, en un tono más alto, que hablarán
cuando lleguen a casa.
Por último, en varias ocasiones, pregunta airado
qué quiere decir con que no estará en casa cuando llegue.
III.
Señora encuentra en el piso una bufanda.
La levanta y pregunta a demás pasajeros de quién es.
Varias veces lo pregunta.
Nadie le responde.
Luego amarra la bufanda al respaldo de una silla.
Juro que veo moverse la bufanda, como si llevase
amarrado al otro extremo, un animal imaginario.
IV.
El metro frena bruscamente y, producto de ello, una joven golpea fuertemente a una señora de edad.
La señora de edad, entonces, reprende a la joven airadamente.
Pasan tres estaciones y la mujer no deja de increparla.
Mirándolas bien, desde mi posición, ambas tienen un
parecido notable, aunque supongo no lo saben.
IV (B).
En la siguiente estación, al bajarse, otra joven le
grita a la señora de edad.
-¡Deje de alegar, vieja amargá…!
-Dios me pudo haber hecho feliz y no lo hizo.
Alégale a él, cabra conchetumadre…
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