Yo estaba distraído mirando a la chica que estaba
en la mesa contigua. Estaba comiendo sola y tenía un vestido verde con blanco.
-¿Estás mirando a una chica? –me preguntó C., que
estaba de espaldas a ella.
-Sí –le dije. Y seguí mirando.
Solo después de decirlo advertí que C. estaba
molesta. Así que intenté mirar a C. y hasta le tomé una mano.
-¿Te aburriste de mirarle las tetas? –me preguntó
entonces C.
-No es así –dije yo.
-¿No te aburriste, entonces?
-No, no es eso… No le miraba las tetas…
-¿Le mirabas el culo?
-Está sentada… ¿cómo le podría mirar el culo?
C. había retirado su mano y se había tomado su copa
de golpe. Esto iba a resultar difícil.
-Solo me pareció chistosa… -dije yo-. Eso es todo.
-¿Chistosa…? –preguntó C. levantando la voz-. Puedo
apostar que es atractiva.
-Sí puede serlo… pero yo la miro porque me da como
risa… -quise explicar-, o sea, está sola y es un poco torpe…
-¿Dio vuelta un vaso, o algo…?
-No… pero es como si pudiera hacerlo a cada rato…
-seguí explicando-. Yo creo que no sabe estar sola…
-Pues entonces anda con ella –dijo C.-. Pagas la
cuenta yo me marcho y te vas con ella.
-No te molestes –insistí-. De verdad la miraba
porque parece despistada… si hasta metió el pelo al plato… justo ahora…
C. se dio vuelta para ver. La chica había metido un
gran mechón de pelo en un plato mientras buscaba algo en su cartera.
Entonces C. se rio. Y la situación se distendió de
golpe.
-Es cierto –dijo-. De verdad es tonta…
Yo no quise comentar nada. Además C. parecía feliz.
-Avísame si hace otra tontería –dijo C., tomándome
una mano.
Yo observé entonces a la chica quien no se percató
de lo ocurrido y movió su cabello y se manchó un poco el vestido.
No le dije de esto a C.
Poco después la chica pagó y se fue.
Nosotros la vimos pasar y poco después hicimos lo
mismo.
-Disculpa si me puse celosa –dijo C.-. Ando un poco
rara hoy día…
Yo no le contesté, pero sonreí. pues seguía
pensando en la chica.
Todavía lo hago.
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