“Es una especie de concurso sencillo. Sin premio.
En primer lugar, se presentan frente a los participantes otras tres personas.
Personas neutras, digamos, sin características especiales o rasgos
diferenciadores evidentes. Luego, se les cuenta a los participantes que deben
reconocer entre esas personas, a los dos que han pasado más tiempo de sus vidas
bajo el agua. Sin hacer preguntas. Sin pistas salvo explicar que la idea es que
hayan estado bajo el agua y en contacto directo con ella. No en submarinos, se
aclara, ni viviendo en zonas que se encuentren bajo el nivel del mar. Literalmente
bajo el agua, digamos, esa es la condición, sin trucos de ninguna especie. Entonces
los participantes, que deben concursar de forma individual, tendrán un tiempo
limitado para hacer observaciones. Mientras lo hacen, es probable que se
percaten que no hay diferencias físicas relevantes entre las tres personas que
se les presentan como alternativas. Es decir, ni la estatura ni el peso ni la
edad ni la musculatura, debe varias mayormente entre ellas. En este punto, es
importante también presionarlos levemente. Apremiarlos con el tiempo, me refiero,
para hacerlos sentir inseguros. Y para qué se cuestiones por qué están
participando en un concurso sin premio. Y se molesten pensando en qué mierda
puede diferenciar a alguien que vive más tiempo bajo el agua que otro que vive
fuera de ella. Una vez se llega a este punto, por cierto, el trabajo ya está
casi hecho. Es decir, ya se les han entregado las guías necesarias para que los
concursantes se estén preguntando por su propia vida. Por la vida fuera del
agua digamos. Y por la forma en que se vive o puede vivirse, en definitiva.”
O. W., Ejercicios lúdicos para el desarrollo de la
consciencia del yo.
Fragmento.
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