I.
Cassius Clay todavía tiene doce años y está
luciendo su bicicleta nueva.
Una Schwinn de colores negro y rojo que le robarán,
finalmente, a los pocos días.
Tras darse cuenta del robo Cassius va hasta donde
un policía y le exige que busque al ladrón.
El policía no lo toma muy en serio y lo insta a
aprender a pelear, para que pueda darle una paliza a quien lo hizo.
Con el tiempo aquel policía, que además entrenaba a
otros chicos, fue su primer coach, en el box.
Hasta antes de aquel incidente, Cassius confiesa
que nunca había considerado la idea de boxear.
II.
Ya es tarde para el box, pero tal vez aún es tiempo
de que roben nuestras bicicletas.
Yo, al menos, la dejo apoyada contra las paredes,
sin seguros, candados ni cadenas, pero no he tenido suerte.
Igual está el tema de encontrar un policía y que se
den otros factores.
De todas formas, vale la pena arriesgar la
bicicleta.
III.
Un par de años antes de morir, Mohamed Ali recibió
a un hombre que buscó verlo durante meses.
El hombre le dijo que su hermano mayor –que había
muerto hacía un año-, tenía algo que era suyo.
Entonces un nieto de aquel hombre entró con una
bicicleta Schwinn, negra y roja y se la entregó a Mohamed Alí, diciendo que su
hermano se la enviaba con aprecio, y que a pesar de todas las molestias esperaba
que el gesto hubiese traído buenos dividendos.
La bicicleta quedó así dentro de su casa, junto a
su cama.
Extrañamente, no hay referencia a ella en el
catálogo de objetos a subastar, pertenecientes a Muhamad Alí, aparecidos la
última semana.
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