La serpiente más larga del mundo fue encontrada en
India, hace poco más de sesenta años.
Un grupo de cazadores furtivos dan fe del hallazgo,
aunque no pudieron concretar con exactitud la medida.
Según la crónica de la época –aparecida junto a una
borrosa foto en un diario regional-, los cazadores habrían estado todo un día
intentando sacar el cuerpo concreto de la serpiente desde el pantano donde fue
encontrada.
Lamentablemente los siete hombres que iban en la
expedición solo lograron sacar parte de este animal, ya que parecía
interminable y su cuerpo fue enredándose entre los árboles y se les hizo
imposible seguir con su labor.
En total, alcanzaron a medir ochocientos setenta y
ocho metros, que fueron apilando a un costado de los animales de carga que
llevaban en la expedición.
Al caer la noche, fue cuando decidieron abortar la
misión y cortaron a la serpiente –al menos la parte de la serpiente que
lograron sacar del pantano-, en siete partes aproximadamente iguales, de ciento
veinticinco metros cada una.
La parte delantera de la serpiente –la que incluye
la cabeza y los primeros ciento veinticinco metros-, fue enviada a Inglaterra,
al palacio real.
Asimismo, junto a la nota enviada a palacio, se
encuentra una nota firmada por los siete miembros de la expedición, quienes
aseguran que la serpiente, durante la agonía que suponía ser cortada habría
dicho “gracias”, en un dialecto indio de la zona.
Hoy en día, los ciento veinticinco metros de la
serpiente se encuentran guardados en la bodega del Natural History Museum, en
Londres.
No se prevé, por lo pronto, que llegue a ser parte
de una exhibición.
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