-¿Te has dado cuenta?
-¿De qué?
-De que ahora haces tilt a cada rato.
-¿Tilt?
-Sí, como los flippers, cuando los mueves.
-¿A qué te refieres?
-A cuando escribes, principalmente… antes tenías
fuerza, si algo hacía tilt era el mundo u otra cosa fuera de ti… ahora eres tú.
-¿El tilt era cuando el flipper se bloqueaba
momentáneamente?
-Sí, eso… ¿no te has dado cuenta?
-Sí… supongo.
-Debieras saberlo, no suponerlo… Ahora te frenas a
cada rato… Haces tilt por cualquier cosa.
-No por cualquier cosa.
-¿Por qué cosas entones?
-No sé… prefiero no hablar eso…
-Haces tilt con el amor, con los afectos…. hasta con
la honestidad, incluso…
-No con la honestidad.
-Vale, puede ser que no con la honestidad en
general, pero sí con otro tipo de honestidad… con decir las cosas tal cual, por
ejemplo, o con dejar que te vean, cuando escribes…
-¿Y entonces hago tilt?
-Sí, justo entonces. Supongo que es por defensa,
pero ya va mucho tiempo…
-Y entonces se supone que debo tener esta
conversación y dejar de hacer tilt y todo se soluciona.
-No, no digo eso… supongo que no es tan fácil.
-¿Y entonces?
-Entonces nada, quería que lo supieras, solamente.
Que sepas que nos damos cuenta. Y que estamos esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario