-¿Puedes caminar más lento?
-¿Qué?
-Te pregunto si podrías caminar más lento.
-¿Para qué?
-Para que vayamos juntos…
-…
-Es que te adelantas mucho…
-Tú te retrasas.
-…
-…
-¿Acaso no puedes ir más lento?
-La idea es llegar, ¿no?
-¿No quieres caminar de a dos…?
-Cuando lleguemos estaremos los dos, y sin tener que prestarle atención
al camino.
-…
-…
-¿Ves algo mientras caminas?
-¿Qué?
-Te pregunto si ves algo mientras caminas.
-No te entiendo…
-…
-O sea, veo el camino, ¿a eso te refieres?…
-¿Ves lo que está al lado del camino?
-¿Los árboles?
-¿Ves los árboles?
-Claro… si no lo viera, no vería el camino.
-¿Y qué ves en los árboles?
-…
-¿Ves el musgo, por ejemplo?
-Deben tener musgo, claro…
-¿Pero lo ves?
-Supongo que sí…
-…
-No podría ver los árboles sin ver el musgo.
-…
-¿Para eso querías que caminara más lento?
-¿Vas caminando más lento?
-Claro…
-Pues yo te veo siempre más adelante.
-Porque tú vas más lento todavía.
-¿La culpa es mía, entonces?
-¿La culpa de qué?
-Olvídalo.
-¿La culpa de que no vea el musgo?
-¿Reconoces que no lo ves?
-No, no he dicho eso.
-No lo has dicho, pero de todas formas no lo ves.
-¿Y qué hay si no lo veo?
-…
-¿Qué pasa si no lo veo?
-Nada, no pasa nada.
-…
-…
-Ya casi llegamos, igual.
-Sí, ya casi llegamos.
-…
-…
-¿Qué es ese ruido?
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