Iba yo por una chica
hasta el otro lado de la ciudad
de ida leía yo a Faulkner
de regreso escuchaba Rolling Stones.
Su casa tenía tres pisos
y ella hacía señas desde el más alto
su pareja trabajaba de lunes a sábado
y ella solo lo hacía dos veces por semana.
Nunca nos vimos los domingos
y salimos poco por ahí
nos encerrábamos simplemente
a follar como conejos…
pero el amor también nace
mientras follas como conejo.
Ella decía que él era bueno,
y que no merecía que lo dejaran,
lamentablemente no entendió
que yo también era bueno en ese entonces.
Fue por eso, quizá,
que comencé a preocupare por el tipo
y asentirme culpable mientras iba leyendo a Faulkner
o regresaba escuchando Rolling Stones.
Dejé de verla, por supuesto,
tal vez fue por la culpa,
o porque se acabó Faulkner
o porque ella vivía al otro lado de la ciudad,
lo extraño es que de vez en cuando
sigo escuchando a los Rolling,
tal vez todavía vengo de regreso.
(…)
Tomé la decisión
mientras tomábamos una ducha,
dejé de mirarla a ella
y me observé a mí mismo,
y entonces mis pies negros
se revelaron como parte de una sombra.
Nunca nos vimos los domingos
y salimos poco por ahí
nos encerrábamos simplemente
a follar como conejos…
pero el amor también nace
mientras follas como conejo.
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