I.
-¿No llora?
-¿Quién?
-Su bebé.
-No. No llora.
-Pero yo no pregunto por ahora no más.
-¿Cómo?
-Yo pregunto si llora o no en otros momentos.
-No. Ya te dije. No llora.
II.
-No le creo.
-¿Qué cosa?
-Que el bebé no llora.
-Pues no me creas.
-Ahora no llora porque está dormido, pero estoy
segura que si lo despierto llora.
-Entonces no lo despiertes.
-Pero es solo para ver si llora.
-No lo despiertes, ya te dije.
-¿Lo despertará usted?
-No. Déjalo que duerma-
-Pero quiero ver si llora…
-Déjalo que duerma. Ya te dije.
III.
-¿Le cuento algo?
-¿Qué?
-Mi mamá decía que yo no lloraba, cuando bebé.
-¿Y ahora sí lloras?
-No sé.
-¿Por qué no sabes?
-O sea, creo que sí, pero no en serio… Yo creo que
llorar en serio duele más.
-¿Crees que duele llorar?
-No. Llorar no. Pero duele antes.
IV.
-¿Cree que va a despertar, su bebé?
-¿Qué dices…? Por supuesto que va a despertar…
-No… Yo decía ahora, antes que me vaya.
-¿Para ver si llora?
-No.
-¿Y entonces?
-Para ver si no llora.
-¿Y no es lo mismo?
-¿Llorar o no llorar?
-No.
-¿Y entonces?
-Pues eso. Ya lo dije.
-¿Todo?
-Todo lo que tenía que decir.
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