Leo que un científico alemán realizó un estudio en
el que señala que cierta variedad de moscas, que por lo general viven al
interior de viviendas urbanas, tienen un patrón de vuelo extrañamente semejante
a un sistema de códigos lingüísticos humanos.
En otras palabras, lo que harían estas moscas sería
escribir, a través de su vuelo, algunos mensajes utilizando un idioma determinado.
En el caso de estas moscas –yo no tomé en serio el
asunto hasta que observé videos filmados en algunas zonas alemanas donde se
aprecia claramente el comportamiento-, lo que harían sería utilizar ideogramas
chino japoneses (kanjis) aparentemente con una intención comunicativa.
Respecto a este último punto, a primera vista
todavía más inverosímil, también es posible encontrar una abundante
experimentación que determina que la escritura realizadas por estas moscas,
solo es efectuada cuando hay humanos de por medio. Esto, ya que si no incluimos
humanos en los espacios que ellos habitan, las moscas no intentan escribir mensaje alguno.
En resumen, el único punto faltante para que esta
comunicación sea exitosa será el manejo y conocimiento de los ideogramas por
parte de los receptores –el estudio realizado se aplicaba a moscas que habitan
principalmente en ciertos sectores de Europa-, y, por supuesto, la confianza de
los receptores y el interés en querer recibir un mensaje proveniente de otra
forma de existencia de las que no solemos acostumbrar mensaje alguno.
Según la conclusión de este científico alemán, por
cierto, si bien era factible que el conocimiento de ideogramas por parte de la
población podría facilitar la comprensión del mensaje “escrito” por las moscas –respecto
al mensaje hablaré detenidamente en una entrada posterior-, era muy poco
probable que existiese un interés natural en nosotros por darnos cuenta de la existencia
de estos mensajes en la naturaleza, expresados de una forma u otra, a través de
distintas especies o fenómenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario