"Una llama es real,
mientras arde"
J. C. O.
Wingarden escribe una lista con los errores de
Zeus.
No sé bien cómo clasificar esa lista.
Me refiero a que no sé si se trata de un poema, un
análisis del mito o un conjunto de apuntes personales tomados por Wingarden
como material de base para algún libro.
Son mil ciento catorce sentencias que explican supuestas
malas decisiones del dios griego.
En Cuba lo han publicado como un único libro.
Me lo regala una ex alumna que viajó a La Habana.
La encuadernación es pésima y en algunas páginas
las letras están borrosas.
Pero claro… poco importa la presentación.
Y es que el contenido me es en extremo valioso.
De hecho, esta noche me detengo a complementar
algunas sentencias con pequeños dibujos.
Tras treinta y ocho horas sin dormir eso es lo que
hago.
A Zeus lo hago barbón y a veces, con un rayo en la
mano.
Así, elijo unas cuantas frases hasta que llego a
una que no me permite avanzar:
“Zeus debió haber encadenado al fuego, no a
Prometeo”.
Se trata, por cierto, de la aseveración doscientos
treinta siete
Encadenar al
fuego, me digo…
Y quedo
entonces sujeto de esa frase.
No sujeto por el cómo, en todo caso, sino con el
para qué.
Y claro, puede ser por el efecto de las -ahora-, treinta y nueve horas, pero lo cierto es que me tomo bastante en serio esa labor,
Y es que esa es al menos –pienso yo-, una pregunta
que vale la pena,
Luego me quedo en blanco.
"Volver a revisar la 237" escribo, finalmente, junto a los dibujos.
Espero volver a hacerlo.
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