Haruki Murakami cuanta en una entrevista que
durante una instancia de firma de libros, en Barcelona, un turista chileno se acercó hasta
el escritorio donde él se encontraba firmando y le gritó una frase que en principio, nadie
supo o quiso traducirle:
“¡Escribís como el hoyo, chino culiao…!”
Obviamente el escritor japonés no cuenta esto con
esas palabras, pero un amigo chileno que vive en Barcelona y que escuchó esta
historia de una fuente directa, me lo aclaró.
Al parecer, después de este grito, el turista
habría sido retenido por los guardias de la biblioteca y entregado a la policía,
quien le restó importancia al hecho y ni siquiera se lo llevó detenido,
oficialmente.
Gracias a esa detención frustrada, sin embargo (aunque bastaba
reconocer el estilo de la frase) se pudo saber que se trataba de un turista
chileno, por supuesto.
Lo extraño y maravilloso de esto, sin embargo, es
que Haruki Murakami explica que aquellas palabras le hicieron replantear su
narrativa, al mismo tiempo que tener más cuidado con las ofensas que él mismo,
como escritor, podía ocasionar a sus lectores.
Y es que lo que el escritor japonés entendió,
finalmente (esto lo reconstruyo e infiero a partir de lo que él señala después),
fue lo siguiente:
“Tu escritura es como un agujero,
violador de chinos…”
Y claro, esa traducción –según sus palabras-, lo
llevó a replantear cierto aspecto de su escritura, siempre vinculada a pozos,
túneles y agujeros, cuya fuerza –traduzco acá directamente de su entrevista-, resultaba finalmente más destructiva que constructiva… al mismo tiempo que lo situaba siempre como un bajo-espectador del mundo…
Por otro lado, respecto a lo de “violador de chinos”,
Murakami se disculpa con el turista chileno diciendo que comprende que algunos
personajes de sus novelas puedan haber herido susceptibilidades… sobre todo
teniendo en cuenta algunas referencias a la ocupación de Manchuria por parte de
los japoneses, a la que hace referencia en algunos pasajes de sus obras, sin
detenerse demasiado.
Por lo mismo, señala que está trabajando en una
novela que pondrá las cosas en su lugar, y que esa obra no solo lo hará salir
por primera vez de su agujero (pozo), sino que además lo hará enfrentarse a ese
oscuro periodo en que parte de su nación, se comportó realmente como un montón
de violadores de chinos.
Un pequeño
homenaje para ese valiente turista chileno que me abrió los ojos, señalará
finalmente el autor.
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