Nos encontramos en el matrimonio del domingo. Yo
estaba en una mesa junto a unos amigos cuando ella se acercó. Ya era de
madrugada y habíamos bebido bastante. Para peor, mis amigos adivinaron lo que
se venía y nos dejaron solos. O sea, solos los dos más su nuevo novio. Un gringo
alto, bien vestido y que tenía un rólex de oro y brillantes. Lo sé porque ella
lo dijo.
-Se llama Michael –dijo-. Es médico. Tiene un audi
y usa rólex…
-Ya –dije yo.
Ella parecía estar contenta de presentarme a Michael
-¡Ah…! –exclamó de pronto... - ¡y sabe cinco
idiomas…
-¿Qué idiomas? –pregunté yo, directamente a Michael.
Él no respondió.
Yo insistí.
-Pregunté cuáles idiomas conoces –le pregunté
nuevamente a Michael.
Él no contestó.
Era mi oportunidad de devolver un poco la mano.
-¿No habla español? –le pregunté a ella.
-Sí –contestó, captando el tono-.Sí habla, pero no
le contesta a hueones…
-Voy a ver –dije yo, y repetí la pregunta
nuevamente. Casi en la cara de Michael.
-Inglés –dijo él, entonces-, alemán, francés,
italiano… y un poco de español.
-¿Me podrías explicar tus razones de vida, en
alemán? –le pregunté entonces.
-¿Cómo? –dijo él-.
-Tus razones de vida –intenté explicar-, ya sabes…
para qué vives, que te impulsa a respirar… pero en alemán…
-Eh… -murmuró Michael, mientras miraba a todos
lados-, no te entiendo bien…
-¿Por qué lo haces? –preguntó ella, algo molesta.
Yo hice como si no la escuchara.
Luego me preparé para salir del lugar.
Busqué una frase final y la lancé.
-No sabe una mierda –le dije a ella-.Tiene un audi
y un rolex y no sabe nada.
-Tiene dos audi y un mercedes –me dijo-. Tampoco es
“un rolex”. Debe tener unos quince…
-Igual no sabe nada –insistí.
Luego me fui del lugar.
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