Lo invitaban principalmente porque tenía dinero.
Aunque tampoco es que tuviesen algo contra él. Me refiero a que todos pensaban,
en el fondo, que era un buen tipo. Por lo mismo, les gustaba que él lo pasase
bien y no simplemente aprovecharse.
El nombre no importa.
Los detalles tampoco.
Fueron unos meses simplemente en que fueron con él
a todas partes.
Fiestas, recitales, bares, playas cercanas.
Él andaba siempre con fajos de billetes en los
bolsillos. Los usaba como si fueran papeles. Por lo general se le caían
algunos, incluso, cuando pagaba. Ni él ni los otros los recogían.
Alguna vez presencié esa situación y lo cierto es
que el dinero que portaba parecía no tener valor. Lo tenía, por supuesto, pero esa
era al menos la impresión que daba. Como si alguien cargase a un bebé de verdad
como si fuese una muñeca. Aunque supongo que esa no es una forma exacta de
explicarlo…
El punto en esto es que se trataba de un
espectáculo extraño. Un espectáculo que parecía crear una atmósfera propia que
excluía a todos quienes no formasen parte de aquel grupo.
Seis meses estuvieron juntos.
Seis meses en que los vi ir y venir de distintos
sitios.
Luego él se fue del país, según creo, y los que quedaron
intentaron seguir el ritmo.
Pero claro… no se sentían a gusto.
Nunca los vi pelearse, pero lo cierto es que se
separaron.
De él (el del dinero) tampoco volvieron a tener
noticia alguna.
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