-Mira, es cierto… si tu madre estuviera aquí, tal
vez sabría qué decir… Yo, en cambio, sé ir a trabajar y arreglar la tostadora…
-¿Qué tostadora, papá…?
-¿No tenemos tostadora?
-No. No tenemos.
-Bueno, lo decía como algo genérico… me refiero a
arreglar las cosas de la casa…
-¿Cómo los enchufes de la cocina?
-…
-Cómo la llave del agua caliente del baño?
-No. Y no es necesaria la ironía… Esos los cambió
tu madre porque existían circunstancias especiales…
-¿Qué circunstancias especiales?
-Circunstancias de trabajo.
-Pero si has estado sin trabajo, papá…
-Justamente por eso… Me he centrado en buscar
empleo… El tiempo también se va en eso.
-¿Un año entero?
-No va un año.
-Va un año y medio.
-No es así, hace unos meses trabajé con tu tío Carlos… Acuérdate.
-Fue hace doce meses. En junio del año pasado.
-Bueno, doce meses, pero no hace un año y medio
como tú decías.
-Es que esa vez solo trabajaste unos días… y antes ya
llevabas seis meses…
-Esa vez trabajé un mes.
-Medio mes.
-De todas formas suena mejor que decir “unos días”.
-Pero el trabajo solo era por los fines de semana…
fuiste cuatro días…
-Medio mes suena más correcto.
-Entonces llegaste atrasado todos los días de
trabajo, durante medio mes. Por eso tuvo que echarte el tío Carlos…
-Llegué atrasado cuatro días.
-Uff...
-¿Qué pasa?
-¿No era mamá la que sabría qué decir?
-¿Cómo?
-Olvídalo…
-Pues lo hago… La idea no es estancarse, si no
avanzar.
(Etcétera)
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