I.
-¿Le sirvo en plato hondo?
-¿Qué?
-Le pregunto si quiere que le sirva en plato hondo.
-¿Qué tan hondo?
-¿Me está hueveando?
-No…
-Pues mire… este es el plato bajo, y este es el
plato hondo…
-Ya…
-Y… ¿en cuál le sirvo…?
-En el hondo.
-De acuerdo… ¿Así está bien?
-Sí, así está bien.
-Si necesita cualquier cosa me llama.
-De acuerdo. Muchas gracias.
II.
-¿Y dicen ustedes que lo enterraron en la arena?
-Sí, como un juego… hicimos un hoyo grande, luego o
metimos dentro y lo tapamos con arena.
-¿Lo cubrieron entero?
-No… por supuesto que no… le dejamos la cabeza
afuera… luego le pusimos algas simulando pelo y le sacamos fotos.
-¿Y él no despertó en ningún momento?
-No… a ratos se quejaba y resoplaba un poco…
siempre se pone así cuando se emborracha…
-¿Y entonces?
-Entonces no supimos más… fuimos a comprar… luego a
la camioneta… pensábamos sacarlo después… pero entonces descubrimos que nos habían
robado la camioneta…
-Y dieron aviso.
-Sí, había un policía cerca de la playa y nos dijo
que haría un reporte, pero que había que venir de todas formas hasta acá…
-¿Y fue entonces que volvieron por su amigo?
-No… fue más tarde, cerca de la madrugada… fuimos
hasta la playa y no vimos a nadie…
-¿Y ahora quieren poner una orden de búsqueda?
-Sí… o sea, estamos asustados, además subió la
marea…
-Pues no hay problema con la camioneta, pero con su
amigo tienen que pasar más horas… no se puede hacer nada antes de 48, si es
mayor de edad…
-¿No se puede hacer una excepción?
-Mmm… quizá podríamos quedar en 36, con una orden
especial… déjeme preguntarle al capitán.
-Gracias, le estaríamos agradecidos…
-Espérenme acá.
III.
-Buenas noches, urgencias…
-¡Aló…! ¡Envíen una ambulancia rápido… mi hijo tuvo un accidente…!
-Calma señora, tranquilícese… ¿está llamando desde su teléfono particular?
-Eh… sí… por favor, envíen una ambulancia, mi dirección es…
-Ya se generó su dirección, su teléfono está registrado…
-¡Es que está sangrando...! ¡Mi hijo está sangrando…!
-Tranquila señora… ¿se trata de un accidente en el hogar?
-Sí, se lo hizo él mismo… ¡está sangrando mucho…!
-Por favor, señora… ¿su hijo está consciente? ¿qué edad tiene?
-Sí, consciente… tiene doce… está al lado mío…
-¿Puede explicarme el tipo de accidente?
-Se enterró una antena de metal, afilada… justo en
el pecho…
-¿Una antena?
-Sí, de una radio vieja… de su abuelo… siempre se
pone a jugar con ella y se hace pequeñas heridas…
-¿Podría explicarme mejor…?
-¡Envíe la ambulancia, por favor…!
-La solicitud se generó, señora…. Pero necesitamos
saber qué tan profundo ingresó la antena…
-¿Qué tan profundo…? No entiendo…
-Sí… ¿todavía está insertada, cierto?
-Sí, intenté removerla, pero…
-No lo haga… ¿los sonidos que se escuchan son de su
hijo?
-Sí, está conmigo, junto al teléfono…
-Trate de no mover la antena… ¿puede calcular
cuánto ingresó...?
-¡Pues no lo sé…! La herida está justo en el
pecho…
-¿Pero hubo presión…? ¿Cómo es que llegó a
enterrársela?
-Él siempre juega con eso… la gira en la
piel, como un tornillo… tal vez esta vez giró más fuerte y la antena se enterró…
¡Cuándo van a venir…!
-Tranquila señora… si no es profundo no debiese ser
tan grave… ¿de qué forma sale la sangre?
-¿De qué forma sale…? ¡Esto es grave…! Su ropa está
llena de sangre… mis manos… ¡yo creo que la antena llegó al corazón…!
-No lo creo… el corazón está muy dentro… es un
músculo grueso…
-¡Usted no está acá…! ¡No puede…!
-Tranquila, señora… trate de sentar a su hijo y
avíseme si bota sangre por la boca, o si se ahoga al respirar… sin mover la
antena, eso sí…
-De acuerdo…
-Ahora trate de calcular, por favor… ¿qué tan
profundo ingresó la antena…?
-¿Por qué insiste con eso…? ¡¿Cómo mierda lo voy a
calcular…?!
-Necesito enviar esa información a los paramédicos
que se dirigen hacia allá…
-¡¿Y cómo puedo saber la profundidad de algo que no
se ve…?!
-Tranquila señora, solo le estoy pidiendo un dato…
-¡¿Pero cómo mierda voy a saber la profundidad…?!
-...
Le cambiaste el final!!! Estaba bueno antes!!!
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