"...la mort fait le menáge..."
J. P.
Jacques Prévert tiene tres tumbas.
Una en Nantes.
Otra en Omonville-la-petite.
Y una última en Amiens.
Por lo mismo, yo tengo tres hipótesis:
Quizá tuvo tres vidas.
O quizá tuvo tres muertes.
O quizá hubo tres Jacques Prévert.
Cuando cuento no me creen, pero entonces muestro
fotos.
Las miran con desgano.
Luego dicen que es normal, en los artistas.
Luego me devuelven las fotos.
Generalmente saco el tema para hablar del número de
vidas.
De las formas de vivir, o de morir, o hasta de ser
enterrado.
Así, si la conversación se encamina, hasta les
regalo una cuarta hipótesis:
Eran cuatro,
los Jacques Prévert, y uno sigue vivo todavía.
Entonces los otros suelen mostrarse nuevamente
incrédulos.
Y claro, yo saco nuevas fotos y les explico:
Estas son de
la tumba que está en Amiens.
Junto a la
lápida, como ven, hay un culo de mármol levantado.
Aquí hago una pausa para que ellos vean bien la
foto.
Como pueden
observar, prosigo, el culo de mármol tiene
un agujero entre las nalgas para depositar flores.
Por último,
pueden ver a este hombre, que viene todos los días a depositar flores en el
culo de mármol.
Mi hipótesis,
concluyo, es que ese hombre es Jacques
Prévert.
Tras llegar a este punto, aquellos con quienes
hablo suelen pensar que bromeo.
Calculan la edad, la fecha de las fotos y hasta
ponen en duda los efectos que el alcohol produce sobre mi lógica.
Lamentablemente, ellos no entienden el porqué de mi
historia.
Tampoco comprenden, por supuesto, que se trata de
un regalo.
Así, pierden la oportunidad de hablar sobre la
muerte, la vida y hasta de las formas que día a día estos conceptos adoptan.
Pierden un paraíso entero, digamos.
Y es que por eso, en definitiva, están condenados a tener una sola
tumba.
Algunos la cargan desde ya, como si fuese un nombre.
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