-¡Seis toallas, hueón! –me dijo-. ¡Seis toallas…!
Yo ahí caché que la hueá no hubiese llegado a ningún sitio. Porque claro… el
montón de tenedores y el montón de copas y cosas así, por último uno las ve en
las películas… Además uno puede ir mirando cómo los usan, comer poquito,
esperar, mirar pal lado… ¡Pero seis toallas…!
-¿Y eso era en la casa de ella? –le pregunté.
-Sí, po… -siguió-. Con los papás y todo. Puro me
preguntaban coas y se hacían los simpáticos, pero esos hueones con plata no
pueden ser buenos, pensaba yo… como que siempre lo he creído así, por lo menos…
aunque intente que me caigan bien, pero no resulta…
-¿Y a ella no se le notaba…?
-¿Qué cosa?
-Que era de plata, cuando la conociste…
-No tanto, es que en la u era piola… ahí uno habla
no más, toma, se droga… cosas así que uno cree que lo igualan… si tú sabís po,
hueón…
-¿Y qué onda las seis toallas?
-Ah, verdad… -recordó-. Lo que pasa es que esa
noche me quedé a dormir… Tenían hartas piezas en la casa… y a mí me habían
dejado en una que estaba al final de un pasillo… y el punto es que antes de
dormir me iba a duchar y fue esta mina a decirme que después de ducharme me
hiciera el hueón y me pasara pa su pieza…
-Ya… ¿y las seis toallas?
-Es que ahí ella fue y me pasó las seis toallas, pa
la ducha… todas de distinto tamaño, hueón… desde una hueá que parecía
servilleta hasta una hueá gigante… pero todas del mismo color… como una familia
de toallas, hueón… una familia cuica eso sí…
-La que parecía servilleta te alcanzaba de más pal
pirigüín…
-Te hablo en serio, hueón… si me acuerdo que la
mina se fue y yo me metí al baño y me quedé mirando las toallas, así, frente a
un espejo grande que había… pensando que la mina me iba a estar esperando, en
unas piezas más allá…
-¿Y qué hiciste?
-Me metí a la ducha y me bañé po hueón… pero
mientras me caía el agua yo pensaba y pensaba hueás… o sea, en las seis toallas,
más que nada… ¿pa qué mierda quiere uno seis toallas, hueón…?
-No sé po, hueón… la historia es tuya…
-No si no quiero que respondai… si es pa la histria
no más, pa contarte que eso me preguntaba yo… ¿pa que chucha seis toallas? Y
esa hueá como que no tenía respuesta…
-¿Y te duchaste pa siempre entonces?
-Más o menos hueón… un montón de rato… si hasta
salí arrugado, me acuerdo…
-¿Y usaste las seis toallas?
-No, hueón… como que tomaba una, pa secarme… y al
final no la usaba y veía la otra… y pensaba hueás locas…
-¿Hueás locas?
-Sí po… como que empecé a pensar que esos hueones
no eran una pura hueá… o sea, no una unidad… por eso necesitaban seis toallas…
como que eran parte juntas n más… montones de hueás…
-No te entiendo…
-Es que era rara la hueá que pensaba… como que me
pasé rollos que en la familia eran partes de hueás, unidas… como muñones hueón,
no sé… pero como que no eran una pura hueá, un puro ser… y que por eso no les
servía una pura toalla…
-Y, ¿qué hiciste…?
-Al final me sequé solo... así sin secarme… con la
ropa puesta no más… y me fui pa la pieza y después me arranqué en la noche…
-Para la pieza de ella…
-No, hueón… me arranqué de la casa… pro la reja,
hueón… como que caché que no tenía nada que hacer ahí, y además hasta me daba
miedo…
-¿Y no volviste a verla?
-Si po, hueón, si iba a la u… creo que hasta
terminó artes y estuvo viviendo en India, o algo así… pero igual no volvimos a
hablarnos…
-¿Y nunca le explicaste?
-¿Y qué le iba a explicar, hueón?
-No sé po, hueón… lo de las toallas…
-Esa hueá no se entiende, hueón… ¿qué le iba a
explicar?
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