Ya no hablábamos de nada cuando B. lo dijo. Siempre
lo hace así, conversa con coherencia un buen rato, luego se calla y después
comienza a hablar, nuevamente, pero de algo que no se entiende. Cuando esto
ocurre, B. utiliza palabras que -no sé bien por qué-, me parecen extrañas, y actúa
además como si él mismo fuese otro. Esta vez, dice que si todo pasara más lento
sería mucho más divertido. Yo, por supuesto, no sé qué decirle porque no sé de
qué habla y me quedo en silencio, esperando que diga algo más, pero B. no dice
nada. Entonces cuento hasta cien y luego lo digo: Si todo pasara más lento
sería mucho más divertido. Lo pronuncio así, simplemente, sin tonos ni matices
especiales. No como pregunta ni como afirmación. Lo hago como si hubiese
retirado la columna vertebral de aquello que B. dijo (y el impulso y la
posibilidad de movimiento al hacer esto). Después de mi respuesta, por
cierto, suele haber otra pausa larga. Dos o tres minutos, por lo menos, antes
que B. diga nuevamente alguna cosa. Esta vez parece alegrarse un poco y recién
entonces vuelve a hablar. Qué bueno que lo pienses así, me dice. Luego,
de improviso y lleno de energía, comienza a lanzar una serie de frases que
parecen contradecir su comentario, pues se suceden unas a otras de manera
vertiginosa. Tan rápido habla que una serie de personas se acercan hasta donde
estamos para escucharlo hablar. Yo, por supuesto, me centro mayormente en la
gente que en lo que él dice, pues sé que, aunque lo haga, no entenderé nada de
todo aquello. Observo sus rasgos, sus expresiones y pongo especial atención a
sus comentarios, cuando B. deja, finalmente de hablar. La mayoría entonces se
miran entre sí, extrañados, y parecen apenarse por B., mientras comentan que
debe actuar así porque está solo y no tiene en el fondo nadie con quién hablar.
Son conclusiones erradas, por supuesto, pero a B. parecen no afectarle y yo no
tengo por qué explicarles nada. Ni a B. ni a nadie, por cierto, tengo que
explicarles nada. Ni a B. ni a nadie.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguidores
Archivo del blog
-
►
2024
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2023
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2022
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2021
(365)
- ► septiembre (30)
-
▼
2020
(366)
- ► septiembre (30)
-
▼
mayo
(31)
- Teníamos un plan.
- Al final es como tú dices.
- Entre uno y otro risco.
- Una foto junto a la torre Eiffel.
- Distinto.
- Sin ganadores.
- Una última matrioshka.
- Un hombre con los zapatos al revés.
- Mientras llovía.
- Para no decir lo obvio.
- Impresión. Expresión. Experiencia.
- ¿Wally?
- Un retrato.
- Un poema igual a este.
- Estas cosas.
- ¿De verdad crees que todo está bien hecho?
- Estúpidos y honestos.
- Todos somos Collins.
- Ya no hablábamos de nada.
- No cargar con eso.
- La hora en que duermen los niños.
- Tres cosas que alguien dijo.
- Un problema irresoluble.
- Observas a la muerte cuando ella no te ve.
- Signos y señales.
- Los impostores.
- Una luz breve.
- Frascos.
- Mundo mimo (sin spoilers).
- Pensando en otra cosa.
- Frutos secos.
-
►
2019
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2018
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2017
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2016
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2015
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2014
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2013
(365)
- ► septiembre (30)
-
►
2012
(366)
- ► septiembre (30)
-
►
2011
(365)
- ► septiembre (30)
No hay comentarios:
Publicar un comentario